Seis claves para preparar un café “chorreado” como un barista

El chorreador, es una media de tela que se usa como filtro para preparar café. Otros países como Brasil o naciones centroamericanas lo usan; es de hecho, el método manual utilizado por los campesinos, el más sencillo. En Costa Rica, el chorreador de café es signo de folclor; todos amamos el olor a café que desprende al utilizarse e incluso en muchas casas lo prefieren por encima de la cafetera de goteo.

Pero nuestro querido chorreador tiene algunas desventajas. Entre ellas, la tela utilizada es de poros muy abiertos, por lo que el agua pasa muy rápido a través de ella, extrayendo menos del sabor del café. Otras desventajas provienen del uso del método; quienes lo preparan en casa, suelen verter el agua hirviendo hasta que se llene el filtro y revolver con cuchara para “acelerar” aún más el paso del líquido. La mala limpieza de la media resulta en residuos que dejan malos sabores en la próxima taza de café “chorreado”.

Como les conté en el post sobre el recorrido en la ExpoCafé Tarrazú, me llamó mucho la atención una propuesta hecha por el ICAFE durante la feria: un chorreador 2.0. ¿Qué haría un barista experimentado para mejorar y potenciar el resultado de una taza de café hecha en chorreador?  De hecho, les hice un resumen de los consejos que vi por allá.

Pero quise profundizar más conversando con Jonathan Ramírez, el barista del ICAFE. Él tiene claro cuál es la clave para obtener mejores resultados: una receta para hacer el café y un control de todos los factores en juego.

Los baristas en su trabajo diario tienen como misión servir siempre una taza de café buena… siempre. Para lograr eso, trabajan diariamente perfeccionando sus habilidades, pero también conociendo el café que usan, estableciendo un método, una forma para preparar el café.

Muchos de nosotros no somos baristas, pero sí podemos tomar algunos principios de su oficio y así mejorar por mucho el café que servimos en nuestra casa o trabajo. En el caso del chorreador, les dejo los puntos más importantes y para que amplíen su conocimiento, un vídeo en donde Jonathan nos muestra paso a paso ese chorreador avanzado ¡yo aprendí un montón!

  1. Prepárese:  Hágase de los elementos necesarios;  un buen café (ojalá en grano), un molino, una balanza o una cuchara de medir, una tetera con agua, un reloj o cronómetro y por supuesto, su chorreador.
  2. Precaliente: Es necesario precalentar el chorreador con agua caliente. Esto sirve para limpiar el chorreador de cualquier impureza que pueda permanecer y para atemperarlo, cuanto más constante es la temperatura, mejor.
  3. Mida: Para lograr siempre la misma buena taza, es necesario medir. Aquí entra la balanza (para pesar el café y pesar el agua). Si no tiene una, use al menos una cuchara de medir. En el vídeo pueden ver la receta recomendada por Jonathan para el chorreador, a partir de ella, su gusto y su café, desarrolle la suya. Se mide también la molienda, que para el chorreador es molienda media (la más común). Se mide el tiempo; cuando comenzamos a chorrear, ponemos el cronómetro en marcha.
  4. Pre infusione: Una vez medido y molido el café, y puesto en el chorreador, hay que humedecerlo con un gentil chorrito de agua. OJO: el agua no puede ser hirviendo sino un poquito por debajo del grado de ebullición. Se preinfusiona para liberar, activar el sabor del café.
  5. Infusione: Esto hay que hacerlo despacio, ojalá en 2 tantos. Nunca llenemos el chorreador hasta el tope. “Esto lo hacemos con paciencia y cariño, pensando en todo el trabajo que tuvo el productor para traernos su café”, explica Jonathan.
  6. Retire y limpie: No dejemos goteando el café. Retiramos el chorreador. Es importante limpiarlo bien para retirarle todos los residuos de café posibles, si esos residuos quedan, se fermentan y afectarían la siguiente taza de café.

¿Quieren aprender más? Les dejo con el vídeo:

IMPORTANTE. Les invito a hacerlo en su casa y me cuentan qué tal les fue. 🙂