¿Es posible que el café de especialidad abra la puerta a una nueva generación de productores?

Me parece que sí. Lo he estado viendo en varios de los microbeneficios que he visitado en Costa Rica: de esa generación de hijos de los caficultores que generalmente habrían renunciado a seguir los pasos de sus padres, sobresalen algunos jóvenes valientes que ven en el café de alta calidad una oportunidad para crear algo nuevo.  Lo vi en la historia que les presento: la de Daniela Gutiérrez y el café de su familia en Tarrazú: Café Don Lucas, Microbeneficio La Montaña Tarrazú.

Cuando la visitamos, el centro de la cosecha de café estaba comenzando, así que la zona de Los Santos era como un pequeño panal de abejas: con recolectores ya casi terminando su faena que comienza muy temprano, y los microbeneficios y beneficios trabajando a toda máquina, recibiendo y midiendo las fanegas de fruto.

Y en ese trabajo arduo encontramos a Daniela, vestida para el trabajo: su jornada comenzó a las 4 am y termina a las 7pm en el tiempo de cosecha. El microbeneficio de su familia se llama La Montaña Tarrazú y está muy cerca del pueblo de San Marcos de Tarrazú.

DonLucas12
Microbeneficio La Montaña Tarrazú, San Marcos de Tarrazú.

Daniela nos recibió con una amable sonrisa a pesar de las muchas tareas que la ocupaban. Recorrimos con ella las instalaciones en donde su familia: su papá Jorge, su mamá, Ivannia Valverde y sus otras 2 hermanas: Tatiana y Katherine, procesan unas 700 fanegas de café en cada cosecha. La decisión de procesar ellos su café la tomaron en el 2009, por las razones que muchos pequeños productores de Costa Rica lo hacen: conseguir un comercio más directo y así un mejor precio.

“No fue algo fácil. La inversión y apuesta que hacemos por beneficiar nosotros mismos y con gran calidad era algo riesgosa”, nos cuenta. “De hecho, un tiempo después de habernos lanzado mi papá tenía en mente mejor cerrar el beneficio porque daba mucho trabajo aparte del cultivo; pero fui una de las que le insistió en que no lo hiciera”.

DonLucas11

En el microbeneficio se lava, despulpa y seca el café de sus 5 fincas. La mayor parte de su café es variedad caturra y catuaí, aunque también tienen un pequeño lote de geishaLa altura de los cafetales va desde los 1600 a los 1900 m. Un camión justamente estaba descargando y midiendo café; un catuaí amarillo, redondo, brillante y en su punto justo de maduración. Luego de ser recibido, pasaría por el pelado, despulpado y se le quitaría la miel según la indicación de Daniela. Ellos trabajan mieles, lavados y naturales.

De hecho, camas africanas de varios tonos de amarillo, amarillo rojizo, cobre y púrpura se extienden alrededor del beneficio. Es el paso del secado al sol. Daniela supervisa la humedad de cada una y también de los granos en el patio de secado más atrás.

DonLucas6

Había probado el café que ellos tienen para consumo nacional, se llama Café Finca Don Lucas y fue un grato recuerdo a mi paladar, un café que se toma sin dificultad alguna, con la acidez adecuada para ser un Tarrazú, un rico gusto cítrico que deja en los labios y un cuerpo sedoso. No me extraña que Daniela nos revele que ganaron el cuarto lugar en Taza de la Excelencia en el 2011 y el sexto lugar en el 2012.

Ahora, Daniela habla con total propiedad de toda la operación, así que nos atrevimos a preguntarle la edad. “Tengo 24 años”, indica sonriente. “Hace 3 años que estoy a cargo de la parte del beneficiado y acabo de terminar mis estudios en Ingeniería en Producción Industrial; ahora me haré cargo al 100% “. La ilusión se nota.

“El café es pasión para mí, aunque no siempre salga todo bien, aunque nos de muchísimo trabajo y a veces hayan problemas, es algo que nos apasiona”, describe mientras mueve con sus manos los granos de café en la cama africana; todas sus manos se impregnan de la miel; así como el café impregnó toda su vida.

DonLucas8

Encontramos a su padre bajando del camión que venía de una de las fincas. Don Jorge también sonríe y se muestra orgulloso de su hija. “Esta chiquita es muy valiente”, expresa. Tiene que serlo; todo un reto ser mujer y joven y estar a cargo de esto, y también tener nuevas ideas; pero en todo su familia le ha apoyado.

“De los retos más grandes en este trabajo es ganarse ese lugar de autoridad. Al principio fue difícil porque tenía planes para ordenar más todo el beneficio y eso requería hacer valer mi voz en todo el equipo que trabaja con nosotros”.

Entramos en la bodega en donde trabajan 2 guardiolas (son tambores de secado). “Los utilizamos para darle el punto de secado óptimo al café“, explica. Luego el café pasa al área de “reposo”: todavía con su pergamino o cascarilla sacos perfectamente apilados descansan el tiempo indicado para luego ser pelados y pasados por las zarandas.

DonLucas3

Al final de la bodega están ya los sacos preparados para salir del beneficio. “Otro de los retos es poder colocar todo el café en el año”, asegura Daniela. Aunque entre sus compradores se encuentra Nordic Approach, Coffee Imports y compradores de Australia, Taiwán, Estados Unidos y Alemania, no siempre está colocado la totalidad del café producido.

Por eso, el trabajo del café no finaliza cuando termina la cosecha, es apenas el inicio: colocar el café, encontrar buenos y honestos compradores, cuidar los cafetos para que den otra buena cosecha el año que viene. Este es un ciclo que no para y en donde cada año se inicia con esperanza, aunque no se sepa qué exactamente qué pasará.

donlucas2

Aún así, Daniela tiene planes para el café de su familia a futuro.  “Queremos seguir mejorando la producción, hacerla aún más sostenible. Porque los productores sabemos cultivar café, pero todavía nos queda más por aprender para ser más sostenibles”, asevera. “El plan es aplicar todos los conocimientos que tenga sobre el tema en la finca y en el beneficio”.

Al lado del lote de geisha disfrutamos con Daniela una taza de café (era ese mismo sabor delicado que recordaba). Entre sus planes también está la renovación de cafetales con variedades que tengan buen rendimiento, pero también buena taza.

“El café es lo que respiro, vivo y me apasiona. Me encanta en lo que trabajo”, expresa Daniela. ¡Mis mejores deseos y apoyo a ella y a toda esa generación de nuevos caficultores! Aún tenemos esperanza en el futuro del café.

DonLucas13
Daniela Gutiérrez, en el patio de secado. “El café es lo que respiro, vivo y me apasiona. Me encanta en lo que trabajo”.

Si desea ponerse en contacto con Daniela y el Microbeneficio La Montaña Tarrazú visite su página en Facebook aquí.

Puede también probar del café proceso miel que tenemos en nuestra tienda. Visítela aquí.